Confieso sinceramente que al escuchar este lunes el deseo de muchos jóvenes de ver la “gloria de Dios” me ha inquietado. Ya que el recordar lo que Dios ha hecho en nuestra vida y lo que sigue haciendo, merece de nosotros un verdadero despertamiento espiritual y no una emoción. Hace un poco de tiempo leí en un libro esta frase “En la casa del panadero no hay pan” me llamó la atención ya que menciona la situación real de la iglesia. El nombre o titulo que se le ha dado, no garantiza o da a entender que ahí alguien encontrará lo que busca, en este caso pan. Eso debería de ser (en la lógica de un panadero) que alguien que busque pan (ya sea sanidad, liberación, paz, felicidad, amor, comprensión, etc.) lo encuentre.
Aún así esperamos el día cuando nuestras vidas sean levantadas en el poder de Dios, cuando descienda el fuego del Espíritu, cuando nuestra adoración al Padre sea en Espíritu y verdad, cuando en nuestras actividades sean manifestados los dones del Espíritu y haya milagros y sanidades, y se hable con denuedo la palabra de Dios, que se pregone “A todos los sedientos: Venid a las aguas, y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche” (1). Y que cuando alguien venga a buscar el pan espiritual encuentre en abundancia. Que se diga de los seguidores “En esa sociedad juvenil si hay pan”; en realidad Cristo está con ellos y se manifiesta. Pero debemos de dar el primer paso, anhelar ser participantes de la gloria de Dios. El anhelo nos llevará a la búsqueda. La pregunta es ¿queremos ser participes de esto? Dios es fiel.
Señor “Aviva nuestras vidas como al principio, concede que volvamos al primer amor…”
(1) Isaias 55:1
Thursday, September 21, 2006
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