¿A quién enviare y quién irá por nosotros? Una pregunta abierta para todo el pueblo cristiano y que a través de los siglos desde su pronunciamiento, ha impactado la vida de muchos hombres que han percibido como una voz audible el llamado divino. De ello podemos leer al mismo escritor de esta revelación; Isaías, que al oír la pregunta, da una respuesta inmediata, y sincera “Heme aquí, envíame a mí” y puso manos a la obra. Los discípulos que obedecieron a la voz del maestro “sígueme” dejaron todo para seguirle. El encuentro de Pablo camino a Damasco al dar respuesta al Señor “que quieres que yo haga”, obedeció la voz del que le hablaba. De ahí la historia se ha encargado de revelarnos los resultados de la iglesia primitiva en cuanto a cristianos obedientes al llamado divino Lutero, Calvino, Wicliff, Huss, Moody, Livingstone, hasta llegar a México con: Josué Mejía, Felipe Sánchez Muñiz, Timoteo Gutiérrez, Lorenzo Cruz, Jacob Sánchez, etc., y mencionar a todos sería amplia la lista de hombres y mujeres. En Oaxaca muchos de los que han respondido el llamado están ya descansando con Cristo y otros más aún en la trinchera. Pero todavía hoy la pregunta resuena con más ahínco, con más fuerza, con más peso ¿A quién enviare y quién irá por nosotros? Y a esta generación de jóvenes cristianos nos corresponde dar respuesta, dejarlo todo como los discípulos, dar respuesta inmediata como Isaías, y decir como el apóstol Pablo “que quieres que yo haga”. Cual será nuestra respuesta amado hermano.
(Enviado por Felipe Rea)
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