Friday, May 01, 2009

La alabanza que Dios acepta

Artículo tomado de "Cristianismo Histórico"

Estaba participando en un culto cuando quién dirigía la alabanza incitó al auditorio: “Alabe, hermano, alabe al Señor. Alabe para sentirse bien. Para eso hemos venido a adorar a Dios, porque alabando nos sentimos bien”.
Cuando me retiré a mi hogar lo hice pensando en esa afirmación y preguntándome: ¿Alabamos a Dios para sentirnos bien nosotros? ¿La adoración tiene como finalidad el confort del hombre o la gloria de Dios? ¿Acepta Dios la adoración de un pueblo que lo alaba con el propósito egoísta de sentirse bien? Es verdad que cuando alabamos juntos con su pueblo somos bendecidos y nos sentimos bien, pero ¿puede ser este el móvil de nuestra adoración o nuestra alabanza?
Creo que todas estas manifestaciones exuberantes de alabanza que están estallando en medio del pueblo de Dios deben ser analizadas con equilibrio y serenidad, evaluadas a la luz de la Palabra de Dios, y enfocadas desde una óptica espiritual. De no hacerlo así podríamos caer en una alienante fiebre “alabancionista” que terminará por debilitar al pueblo de Dios y precipitar catástrofes espirituales de grandes proporciones.
La alabanza y adoración del pueblo de Dios no pueden estar condicionadas por las demandas del mercado, ni por deseos, aspiraciones u opiniones humanas, sino por la Palabra de Dios. Solo si somos fieles a su Palabra y cuidadosos en lo que hacemos, podremos presentar a Dios una alabanza que sea aceptable.
Nadab y Abiú, hijos de Aarón, sobrinos de Moisés y flamantes sacerdotes, tomaron sus incensarios, colocaron el fuego y quemaron incienso presentándolo al Señor como ofrenda de adoración. Pero colocaron un fuego extraño, que el Señor nunca les había mandado y fueron consumidos por el fuego santo que salió de la presencia de Dios (Números10).
Cuando David quiso llevar el arca a Jerusalén, en su primer intento se frustró y Uza murió al extender su mano para evitar la caída del sagrado mueble. Recién en el segundo intento, cuanto tomaron en cuenta todas las demandas de Dios, tuvieron el éxito esperado. (2 Samuel 6)
Estos episodios tienen que solemnizar nuestro corazón frente al tema de la alabanza y la adoración a Dios. Podemos ser sinceros en lo que hacemos, y estar ofreciendo fuego extraño delante de la presencia de Dios, o podemos tener la mejor de las intenciones (Uza la tuvo) y sin embargo sufrir las consecuencias de nuestra ignorancia espiritual. La alabanza y la adoración no deben tomarse livianamente, no pueden evaluarse con interpretaciones ligeras de textos sacados del contexto, necesitan ser consideradas con seriedad, porque pertenecen a las cosas santas que deben ser manejadas con cuidado.


I. ¿Adoradores o Alabadores?
La Samaritana que se acercó a Jesús junto al pozo de Jacob le presentó al Señor un dilema que, entre otros, separaba a judíos y samaritanos: “Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que Jerusalén es el lugar donde se debe adorar” (Juan 4,20).

3 comments:

Anonymous said...

Realmente es muy interesante, y que razón tiene este articulo, muchas veces en la mayoría de las congregaciones, nos preocupamos por el sonido, por los instrumentos, unas voces afinadas que deleiten el oído, incluso pensamos que mientras mas congregantes haya, será mayor la bendición, que padre sería que todos llagáramos rendidos a Dios, y diciéndole que durante la semana luchamos y que a pesar de las tentaciones luchamos por serle fieles, por tener una vida integra, incluso que a pesar de haber caído, luchamos por levantarnos y en señal de gratitud estamos ahí, para exaltarlo, lamentablemente muchos esperamos hasta el día domingo para pedir perdón por lo que hicimos en toda la semana y no esta mal pedir perdón, pero con esa actitud estamos demostrando que solo queremos adorar y estar bien con Dios solo los días domingos.

Anonymous said...

Paco:
Creo que es un articulo atinado y esto es algo que yo en lo personal eh aprendido en base a experiecias que el Señor me ha permitido tener, no cabe duda que si algo debe ser siempre el centro de todo en nuestra vida es que Dios sea glorificado siempre y a El solo el reconocimiento, este articulo nos permite refleccionar en eso..atendamos siempre a lo que el Señor demanda en nuestra alabanza y nuestra adoracion. Saludos!

Unknown said...

Le doy gracias a Dios por levantar personas como usted mi hermano u hermana,el tema de la adoración y alabanza debe de tomarse con mucha reverencia delante de Dios,y es verdad como usted menciona uno no debe de sentirse bien alabando a Dios,se debe alabar y adorar a nuestro padre porque el es digno de ser alabado y porque a el merece solo la gloria y dejar nuestro ego,y interés,y emociones les animo a que puedan cada día seguir edificando al pueblo de Dios con la verdad que es su palabra.